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Huertos urbanos en balcones y terrazas: guía práctica para cultivar en casa

El estilo de vida urbano y la falta de grandes espacios ya no son una barrera para disfrutar del placer de cultivar tus propios alimentos. Cada vez más personas transforman sus balcones, terrazas o incluso alféizares en pequeños huertos urbanos, demostrando que con creatividad, planificación y algo de cariño, cualquier rincón puede convertirse en un oasis comestible.

Conectar con la naturaleza desde casa

Más allá de una tendencia estética, el auge de los huertos urbanos responde a un deseo de reconexión. Cultivar nuestras propias hortalizas o hierbas aromáticas nos permite recuperar el contacto con la naturaleza, fomentar hábitos sostenibles y disfrutar de una alimentación más saludable.

No hace falta tener conocimientos avanzados ni grandes inversiones para empezar. Basta con conocer las condiciones del espacio disponible —especialmente la orientación solar—, elegir los cultivos adecuados y empezar con estructuras simples como jardineras, macetas o mesas de cultivo.

¿Qué se puede cultivar en poco espacio?

En un espacio reducido, conviene priorizar especies que no necesiten mucho volumen de tierra ni una raíz profunda. Las hierbas aromáticas como la albahaca, el romero, la menta o el cebollino son ideales para empezar: crecen rápido, son fáciles de cuidar y aportan sabor fresco a nuestros platos diarios.

También son recomendables las hortalizas de hoja como lechugas, espinacas o rúcula, que pueden crecer en bandejas poco profundas. Para quienes buscan un reto más interesante, tomates cherry, pimientos o fresas pueden adaptarse bien si se cuenta con buena exposición solar y macetas algo más profundas.

Las estructuras verticales, como estanterías o jardines colgantes, son una excelente solución para aprovechar al máximo el espacio sin renunciar a la variedad.

Beneficios más allá de la cosecha

Los beneficios de tener un huerto urbano no se limitan a lo que recolectamos. La jardinería urbana reduce el estrés, mejora el bienestar emocional y nos enseña a respetar los tiempos de la naturaleza. Además, puede convertirse en una actividad educativa y divertida para compartir en familia, especialmente con niños.

Un huerto en casa también nos permite reducir residuos, al reciclar envases como macetas, y minimizar el consumo de productos con embalaje o transporte, contribuyendo así a un estilo de vida más sostenible.

Recomendaciones básicas para empezar

  • Observa el sol y el viento: asegúrate de que el espacio recibe al menos 4-6 horas de luz solar al día y que no esté demasiado expuesto a corrientes fuertes.

  • Elige un buen sustrato: ligero, nutritivo y con buen drenaje. Un sustrato universal con compost es una base adecuada.

  • Riego moderado y constante: mejor poco y frecuente que en exceso. Un sistema de autorriego puede facilitar el mantenimiento.

  • Abona regularmente: especialmente en primavera y verano, para favorecer el crecimiento y la producción.

  • Empieza poco a poco: no quieras plantar todo de golpe. Es mejor ir conociendo las necesidades de cada especie y disfrutar del proceso.

En Punt Verd, te ayudamos a diseñar e instalar tu huerto urbano para que aproveches cada rincón verde de tu hogar. Tanto si buscas asesoramiento como si necesitas estructuras a medida, estamos contigo para hacer crecer tu proyecto. 

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